viernes, 16 de marzo de 2012

BATIENDO RECORDS



Estamos acostumbrados a vivir en una sociedad de records. En ocasiones solo cuando se produce un nuevo ejemplo tenemos garantizada la audiencia. Muchos medios de comunicación se afanan en la búsqueda de records de todo tipo que acompañan nuestra comida diaria entre noticias de desempleo y corrupción, hoy lamentablemente también unidos a ésta carrera.

Por suerte o por desgracia, el MUPE y Spinophorosaurus también continúan batiendo nuevos records.

El record del MUPE se esconde en poder contar con dos publicaciones en una de las revistas científicas más prestigiosas a nivel internacional: plosONE. Primero fue la definición del nuevo género y especie y recientemente, el espectacular trabajo sobre el cerebro y las habilidades de este gran cuellilargo.

El record de Spinophorosaurus se basa en ser uno de los saurópodos más antiguos y completos del mundo. Algo que sin duda será superado con el paso del tiempo tras nuevos hallazgos. Apliquemos ahora un Carpe diem al estilo de “El Club de Los Poetas Muertos”, aunque no por mucho tiempo.

Sin lugar a dudas, Elche y su museo paleontológico, el MUPE, han adquirido con dichos records un gran prestigio y todos los colaboradores que han mostrado su apoyo saben del profundo agradecimiento de esta institución hacia ellos.

Sin embargo, otros records menos deseables también están cerca de ser batidos. Spinophorosaurus debe ser devuelto a su país de origen (Níger) en los próximos años y todavía no hemos logrado exponerlo adecuadamente en el MUPE.

Y eso, a pesar del record de visitas que durante el 2011 experimentó el museo. La mayor afluencia registrada desde su inauguración en el año 2004. Record de visitas y lógicamente record de escolares que, continuando con la “tradición” no abandonan su posición boquiabierta al ver algo relacionado con dinosaurios.

El año 2012 ha comenzado flojo. El record ahora parece que se basa en anular visitas por profesores que mezclan la responsabilidad con la política. Todo volverá a su cauce porque los más pequeños no solo necesitan instrucción sino también provocación, algo que es más difícil de ofrecer en las aulas.

Ignacio Fierro Bandera

miércoles, 7 de marzo de 2012

El tamaño no importa


¡No nos vamos a engañar! Desde el punto de vista mediático un mayor tamaño y espectacularidad de los fósiles encontrados llama mucho la atención: un gran mastodonte, un dinosaurio gigante o un temible dientes de sable cuyos colmillos miden como un enorme cuchillo de cocina son buenos reclamos. Pero éstos restos tienen hermanos pequeños, en ocasiones muy desconocidos entre el público en general pero muy importantes para los paleontólogos.

Son los microfósiles, organismos microscópicos o diminutas partes de organismos mayores (dientes de roedores, polen de plantas o larvas por ejemplo) cuya observación requiere el empleo de una lupa o microscopio.

A diferencia de la recuperación de huesos de gran tamaño, los microfósiles se esconden entre kilos y kilos de sedimento que hay que recoger, secar, pasar a través de diferentes tamices y seleccionar durante intensas horas de trabajo bajo la luz de una lupa.

Y es que el esfuerzo merece la pena ya que aportan interesantes datos sobre la edad y ambiente de formación de los yacimientos y por tanto resultan piezas clave en la reconstrucción de la apasionante vida en el pasado.

En esta ocasión y como “Secreto” del mes de marzo os invitamos a descubrir los pequeños dientes de un roedor del grupo de los hámster procedente del yacimiento “Crevillente 2”.

¿Te animas a mirar bajo la lupa?

Ainara Aberasturi Rodríguez
Paleontóloga del MUPE