miércoles, 14 de noviembre de 2012

CICLOS



Cuando Platón rondaba los 70 años escribió su diálogo más influyente: el Timeo. En él expone sus ideas acerca de la formación del mundo y del origen de los seres humanos y de los animales. En el contexto del pensamiento platónico, determinados procesos naturales poseen un carácter cíclico: “Es el mundo mismo el que se da su propio alimento por su propia destrucción”.

Para algunos, este pensamiento de Platón constituye el primer precedente de la concepción actual de la Tierra como sistema. Un sistema en el que los acontecimientos que determinan su funcionamiento se suceden de forma cíclica.

Los seres vivos cumplen sus ciclos de nacimiento, reproducción y muerte; las especies se extinguen dando paso a otras nuevas; la Tierra gira en torno al Sol, con su eje de rotación inclinado, con lo que las estaciones se suceden año tras año; el agua evaporada vuelve a caer con la lluvia; las montañas se erosionan y los sedimentos se acumulan en los fondos marinos y forman nuevas rocas; la corteza oceánica crece en las dorsales a partir de materiales profundos que son devueltos al interior de la Tierra cuando se destruye esa corteza en las áreas de subducción.

Los fósiles que pueden verse en el MUPE forman parte, cada uno en su tiempo y en su lugar, de este gran ciclo de la vida y de la Tierra.

Hay grandeza en esta concepción del mundo natural. Sabemos que, de alguna manera, somos inmortales y que nuestros propios cuerpos están destinados a dar verde a los higos y amarillo a la genista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario